1. Editorial: ¡Vaya Semana!
  2. El Viaje de Abraham
  3. Día “D”
  4. Crónica de una Desaparición
  5. La Creación de la Semana
#1 #1 ENERO-FEBRERO 2024

Editorial

¡Vaya Semana!

Sucedió una mañana, muy temprano al despertar. Había tenido un largo sueño toda la noche, pero, al abrir los ojos solo recordaba esta frase: “es la semana, no la creación del mundo”. ¡Eureka!

Todos hemos oído la famosa historia sobre la creación del mundo en siete días. ¡Cuántas discusiones sobre su veracidad! Unos, que sucedió tal cual está escrito. Otros, que no es más que una fábula. Yo, como buen niño creyente, recuerdo que asumía, por alguna razón que desconozco, que ambos lados o todos tenían algo de razón y que lo que estaba en discusión no era lo importante.

Tuvieron que pasar muchos años para descubrir lo que ahora se me hace evidente. Creo que fue cuando percibí la perspectiva “materialista” del texto bíblico, nunca mejor expresado en la idea de que el hombre fue formado del polvo de la tierra, cuando comencé a conectar con su sentido práctico y su sabiduría, al punto de llegar a verlo como un completo manual de educación, salud y economía. Lo fascinante, adicionalmente, era tener conciencia de que estaba ante el vestigio de la forma en que se hacía ciencia en los días de Moisés. Un tesoro de incalculable valor brilló ante mis ojos.

Fue esta nueva perspectiva la que me hizo caer en cuenta que el texto bíblico era un legado familiar, la auténtica herencia que Abraham, Isaac y Jacob habían dejado para sus descendientes, pero que contenía principios universales para asegurar la prosperidad de cualquier familia.

Otra cosa que noté, derivada de la anterior, es que se trataba de un texto hecho para revelar los secretos de lo humano, no de lo divino, siendo que lo humano es la “imagen y semejanza” de lo divino en la tierra. Finalmente, aquella mañana entendí que ese relato, con el que se inicia la Biblia y que extrañamente no está completo en su primer capítulo, pues solo contiene los seis primeros días, que durante toda mi vida había visto como la historia de la creación, ese relato era en realidad un poema de elogio a la semana y al Día de Reposo.

¿Por qué, Moisés, al momento de decidir con qué abrir este monumental registro de su historia familiar, escogió este poema?

Parece, por muy increíble que suene, que en la semana está el secreto para una vida plena y que el séptimo día de descanso es la clave de este secreto, pues sin este día no hay semana —todos los días serían iguales— ni noción del tiempo, que solo surge al detenernos y descansar, porque de esta pausa proviene el acto sublime de tomar conciencia. ¡Es la suma del descanso al esfuerzo lo que hace la diferencia!

Dicho de otra manera, el texto bíblico nos está diciendo que de la forma en que administramos cada semana depende el tipo de mundo que estamos creando, el tipo de familia que estamos engendrando, una familia y un mundo que nos fueron concedidos para descubrir y disfrutar el sentido de estar vivos y ser humanos.

¿Podría haber mejor nombre para este proyecto editorial? ¡Brindemos por una buena Suma Semanal!

© Pablo E. Cárdenas Gismondi, 2024

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